El campo artístico en la actualidad se destaca por su capacidad extraordinaria de combinarse con múltiples áreas del conocimiento. Los elementos interdisciplinares se han convertido en algo substancial en las diversas propuestas artísticas. De esta manera, el proyecto Eurisca liderado por la arquitecta y profesora chilena Ángeles Infante (Santiago, 1984) combina en sus instalaciones arquitectura, ciencia y pedagogía, activando con ello espacios interactivos con diversas estructuras para estudiantes de distintas edades.

Este proyecto, cuenta Infante, nace en el 2017 en Shanghái. Cuando daba clases a niños de 3 a 5 años de múltiples nacionalidades, identificó la necesidad de crear un lenguaje visual inicial para transmitir conocimientos. Allí, descubrió que la forma mas efectiva para ayudarlos a aprender era despertar su curiosidad, haciendo que buscaran el conocimiento por sí mismos, estimulándolos a encontrarlo sin el uso de palabras. Para ello centró el foco en el uso del espacio, de objetos llamativos y, sobretodo, del juego. Con este sistema, nos dice, los niños comenzaron a adquirir conocimientos más rápido e incluso empezaron a comunicarse entre ellos con mayor fluidez. Fue así como surgió una búsqueda sobre cómo estimular la curiosidad a través de las intervenciones con el espacio, considerando el rol indispensable que esta juega en el aprendizaje, la creatividad y el desarrollo general del ser humano.
Desde esa experiencia nace Eurisca que, como laboratorio artístico-pedagógico, busca diseñar y producir, con material reciclable, diversos proyectos para instituciones.

Estos proyectos ponen el foco en la curiosidad de los estudiantes a través del juego y la interacción con estructuras diseñadas a medida y dispuestas de manera tal que descubran por sí mismos el contenido que estas transmiten. Entre sus proyectos más destacados, cabe mencionar “Mucho más de lo que los ojos pueden ver”, comisionado por el departamento de Física de la Universidad de Chile y orientado para estudiantes de Enseñanza media (de secundaria). El tema principal de esta instalación es la dispersión de la luz, la formación de imágenes y la radiación electromagnética. Para ello, se diseñaron una serie de estructuras manipulables que recuerdan en apariencia algunas de las instalaciones artístico-científicas del danés Olafur Elliasson y también hacen pensar en el amor pedagógico del escultor israelí Yaacov Agam. Estas distintas estructuras fueron dispuestas en dos estaciones, que impulsaban a a los espectadores para manipular y descubrir por sí mismos.

En las diversas instalaciones-pedagógicas realizadas por Eurisca, el denominador común es que el espectador es un agente activo, que debe manipular estas llamativas estructuras para descubrir las pistas que contienen y no sólo mantener una observación distante y pasiva. Los proyectos de Eurisca interpelan así a sus espectadores a preguntarse haciendo y a apropiarse del espacio y reclamarlo como propio, como fuente y estímulo para descubrir el conocimiento desde ellos mismos.